Iba a hablar del cine, en concreto de qué hace que una película sea buena o mala, pero en elmundo.es acabo de ver una frase tan gilipollas que no me he podido resistir. Se trata de dos brokers de la bolsa de Madrid, de esos que siguen yendo de guays porque levantan (supuestamente) enormes cantidades de pasta mientras ahí fuera cientos de miles de familias las pasan canutas. Reza el eructo parafilosófico tal y como sigue: "SI NO FUERA POR LA AVARICIA Y LA CODICIA SEGUIRÍAMOS A CUATRO PATAS". Y se quedan tan anchos, más o menos como cuando echas la pota. Se me amontonan las ideas, y se me retuercen las tripas. En primer lugar, el pigmeo con franela este debería saber que la avaricia no fomenta la evolución. En segundo lugar, quién le dice a él que algunos avariciosos, incluso fundamentalistas del billete verde, no adoptan esa postura de vez en cuando. En tercer lugar, qué tendrá que ver la forma de andar con la felicidad. Algunos no se han enterado de que pisar demasiado el parqué, en ocasiones, te hace ver la realidad peor que cuando te metes un canuto. Algunos aún no se han percatado, incluso después del golpetazo económico que seguimos sufriendo los inocentes personajillos que deambulamos por el mundo real (ese que está petao de parados y mileuristas), que el dogma de fe de que siempre hay que ganar más (por pelotas y no preguntes a nadie por qué, por que nadie te sabrá responder) no es más que una pompa de aire, un flatus vocis que decían los clásicos, que tiene de todo menos anclaje en la realidad. Algunos, al fin, no se han dado cuenta de que la felicidad, al cabo, está por encima del bolsillo. El mundo moderno está tan lleno de infelices riquísimos que da pereza enumerarlos... Si no fuese por la codicia probablemente seríamos más felices, independientemente de cómo anduviéramos. Incluso sin trajes carísimos y sin colegios de pago. Hemos enterrado miles de dictaduras a lo largo de los siglos. De Napoléon a Hitler, de Nerón a Calígula... pero la dictadura del consumismo, de esa idiotez incrustada a medio camino entre el corazón y el bolsillo, ese querer tener siempre más al precio que sea, se ve que puede más con el ser humano... en fin, que iba a hablar de cine, pero no he podido. Me perdonen los amantes de los brokers, pero la frase era, en mi humilde opinión, demasiado gilipollas como para saltársela.